Como ya es tradición, Chilemat no sólo exige cumplir una meta de ventas, sino que también propone un gran desafío: jugar a que pertenecemos a otro mundo. Y es que así como el año pasado el Espacio Riesco se transformó en un verdadero aeropuerto, este año todos fuimos parte por dos días en el Lejano Oeste.
Vaqueros, fardos, pistolas y salones, se tomaron todo el recinto, pero banco hubo uno solo: el banco de PGIC. Es así como nuestro equipo de venta se transformaron en banqueros de la época y con gorra y mangas, atendieron a todos nuestros distinguido distribuidores de la red Chilemat.
Sin duda una jornada muy enriquecedora y fundamental para planificar lo que quedar de año con nuestros clientes. Si quieres revivir parte de lo que sucedió en estos dos días, mira el siguiente video.